martes, 16 de octubre de 2012

Lari Churman, la suegra que todo el mundo soñaría tener


Empezar un artículo alabando a una suegra es siempre un riesgo. O puede ser el título de un mal chiste. Pero el caso de Lari Churman se sale de lo común… o a lo mejor quiere demostrarnos que las suegras no son, en realidad, como los dichos populares las pintan.  

Para conocer a Lari, tenemos primero que abrir la ventana al alma de su nuera Sarah. Esta joven madre de treinta años nació sorda. Sus padres se dieron cuenta de ello cuando tenía 18 meses de nacida y desde los dos años tuvo que llevar ayudas auditivas. Desafortunadamente, éstas no funcionaron del todo, por lo que se acostumbró a leer los labios para comunicarse, práctica que aprendió en un colegio para sordos.
 
En su juventud, conoció al joven Sloan Churman. Se enamoraron y, con mucha ilusión, unieron sus vidas. En el curso 2006-2007, ambos decidieron hacerse misioneros en China –son de religión protestante– para compartir su fe. Ahí, debido a un golpe en la cabeza, Sarah perdió lo poco que le quedaba de su capacidad auditiva. Se enfureció con Dios. Pero un día, su suegro le llamó y le mandó este mensaje: «Recuerda Hebreos 10, 23: “Fiel ES el autor de la Promesa”». Una frase que le acompañó en todos los momentos de su vida desde entonces.


viernes, 12 de octubre de 2012

Christopher Yuan: encontrar la redención en un bote de basura

Christopher Yuan parecía tenerlo todo en la vida: dinero, sexo a placer –en ese entonces practicaba abiertamente un homosexualismo beligerante–, drogas que consumía y, sobre todo, distribuía. Nada parecía faltarle. Hasta que unos golpes en su puerta dieron un giro radical a su existencia: agentes federales entraron en su casa y lo arrestaron por posesión de lo equivalente a 9,1 toneladas de marihuana. Pero aunque en ese momento el mundo parecía derrumbarse para Christopher, la sentencia a prisión resultó ser el primer paso de su redención.
 
Hijo de inmigrantes chinos, Christopher nació en los Estados Unidos; se educó en ese país. Sin embargo, desde muy niño nunca encontró un lugar entre quienes le rodeaban. De estatura siempre pequeña, obligado a usar lentes y de complexión débil, recibió muchos insultos en el colegio por tocar el piano y trabajar en el colegio con más esfuerzo que los demás. 
 
A los nueve años, y mientras visitaba la casa de un amigo, Christopher se topó con una revista pornográfica, una experiencia que le cambió la vida. Así lo cuenta él mismo: «Esas imágenes despertaron en mí algo que no sabía que estaba ahí. Pero lo curioso fue descubrir que me sentía atraído hacia las imágenes tanto de hombres como de mujeres».